El comienzo

Es difícil determinar el momento en el que comienza la situación, y paradójicamente, es lo que a la gente más le interesa. Puedes explicar la primera vez que te golpeó, o la primera vez que te hizo sentir mal. La primera vez que mintió, que te humilló, que te ignoró... pero, ¿cómo explicar en qué momento bajaste la guardia el punto de aguantarle cualquier cosa? No se puede concretar tanto, pues son una serie de situaciones que se concatenan de tal manera que no sabes lo que está ocurriendo y ni por asomo te imaginas las consecuencias que pueden llegar a tener...

Sinceramente, no puedo recordar en qué momento pasé de ser una chica enamorada de su novio, libre y feliz, a ser un ser vivo, casi ya sin humanidad, dependiente y tan vacía que en ocasiones creí que podría desaparecer en el aire. Sí recuerdo el primer golpe. Estábamos en su casa, con otras tres parejas, charlando y divirtiéndonos. Él me ofreció un beso y cuando fui a dárselo, retiró la cara riéndose, así que yo, en broma, le dí una suave colleja, a la que él respondió con un bofetón que hizo callar a todo el mundo. Yo, ingenua, al borde las lágrimas, le dije que me había dado muy fuerte, pensando que lo había hecho sin querer, pero él no dijo nada y se quedó mirándome orgulloso. ¿Los demás? Nadie dijo ni hizo nada.

Me levanté para marcharme de allí pero él salió tras de mí por el pasillo, agarrándome del cuello. Su hermano le detuvo y me obligó a meterme en un dormitorio, donde me senté a llorar en la cama mientras fuera escuchaba gritos y discusiones. Pensé en irme a casa de una amiga y ahí cometí uno de los muchos errores que encadené. En lugar de marcharme de allí, me quedé, porque no quería que él se enfadara conmigo.

Al cabo de un rato, uno de sus amigos me animó a regresar al salón, donde ví que dos parejas se habían marchado, y él me invitó a sentarme a su lado en el sofá. Yo obedecí sin rechistar y él me pasó el brazo por los hombros, pidiéndome perdón y preguntándome si le quería y diciéndome que me quería. Yo le perdoné y esa noche me quedé a dormir allí; incluso nos acostamos, hiriéndome él en un pecho de un mordisco, por cierto.

Ahora... ¿cómo llegué yo al extremo de aguantar aquella situación? ¿Cómo pude acostarme con él esa noche, volverle a besar, cuando hacía unas horas me había cogido por el cuello en el pasillo? Ése es el proceso más complicado de explicar, por mucho que intente recordar qué mecanismo se activó en ese momento, no logro dar con él. Y repito: es lo que la gente siempre dice: "¿cómo lo aguantaste? ¿por qué no te fuiste? ¿por qué le volviste a ver?".

Pues no lo sé. Aún no lo sé.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Sobre este sitio

He creado este espacio para poder compartir las experiencias que tuve hace años, todas aquellas situaciones que viví, no sólo para que me sirvan de exorcismo, sino para que quien lo lea, intente comprender qué es lo que se vive cuando estás inmerso en una situación de maltrato.

Porque hay muchas barreras y obstáculos que superar todavía.

El primero y más importante, está en nuestra mente.

Seguidores

Hablo de...

abuso (1) amigos (5) ayuda (1) control (5) maltrato (5) noticias (1) Off-Topic (1) reflexiones (10)

Escríbeme

No lo olvides...