Los celos

La cantidad de los celos no tiene nada que ver con la calidad del amor. No es celoso porque te quiere. No te impide ver a tus amigos porque te quiere. No te deja vestirte como quieres porque te quiere. No te prohibe salir sin él porque te quiere. Eso no es amor.

Lo hace para controlarte, para dominarte, porque no soporta que tengas una vida más allá de él. Quiere sentirse único, quiere meterte en su puño y manejarte como quiera, porque así se siente poderoso y se infla su ego.

El hombre que te ama quiere que seas feliz, quiere conocer a tus amigos y llevarse bien con ellos, le encanta que te pongas guapa y te sientas bien contigo misma y deja que seas libre y entres y salgas cuando quieras. El amor NUNCA te hará sentir mal.

Mi caso era problemático. Al principio, no vivíamos juntos y él trabajaba fuera los fines de semana, así que los celos se lo comían. Yo solía ir los viernes a su casa a esperarle para pasar el fin de semana juntos; allí estaba la novia de su hermano y solíamos charlar y tomar algo mientras les esperábamos. En una ocasión, su hermano entró corriendo en la casa y me advirtió de que me encerrara en la habitación. Yo no sabía lo que pasaba hasta que me dijo: "¡Métete ahí que te quiere matar!". Obedecí, muerta de nervios, y entonces le escuché entrar a la casa, llamándome a gritos. Oí un par de golpes y a su hermano y a un par de amigos instándole a calmarse. Yo estaba temblando, sentada en la cama, sin saber qué hacer. Por fin, se lo llevaron de la casa y la novia de su hermano me dijo que ya podía salir. Por lo visto, alguien le había dicho que me había visto con otro durante la semana.

Al cabo de una hora, volvieron a la casa. Él parecía estar más tranquilo y me saludó como si no hubiera pasado nada... hasta que nos quedamos solos en el dormitorio. Cogió mi móvil y empezó a rebuscar en mis registros, con tan mala suerte que tenía un par de llamadas de dos amigos míos. Me insultó, me llamó puta y me arrojó el móvil a la cara, diciéndome que me estaba aprovechando de él, que sólo le quería para que me pagara copas y tabaco los fines de semana. Intenté explicarle que le habían engañado, que yo no estaba con otro, pero no atendía a razones. Comenzó a desabrocharse los vaqueros y me instó a que me tumbara en la cama. Yo no tenía ganas de acostarme con él pero sabía que si me negaba, le serviría de excusa para seguir acusándome de infiel, así que obedecí sin rechistar.

Pero no me sirvió de nada. Yo apenas me movía, me mantenía quieta y le dejaba hacer, así que él dijo que yo no tenía ganas porque ya venía "follada" de otro lado. Le dije que no, que si me gritaba a mí se me quitaban las ganas, y me puse a llorar, lo cual le terminó de cabrear más. Aumentó la intensidad y la violencia de sus movimientos, diciendo que ésa era la única manera de que siempre le recordara, y que así no me quedarían ganas de irme con otro. Aguanté sin quejarme y reprimiendo las lágrimas para que no se enfadara más y cuando terminó, me empujó al suelo, haciéndome dormir sobre las baldosas. Esto se convertiría en costumbre.

¿Me quería?

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He creado este espacio para poder compartir las experiencias que tuve hace años, todas aquellas situaciones que viví, no sólo para que me sirvan de exorcismo, sino para que quien lo lea, intente comprender qué es lo que se vive cuando estás inmerso en una situación de maltrato.

Porque hay muchas barreras y obstáculos que superar todavía.

El primero y más importante, está en nuestra mente.

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